Sin excepción, todos los libros cartoneros que se hacen en América Latina, desde Argentina hasta México, tienen elementos comunes: sus portadas están hechas de cartón reciclado y suelen estar pintadas a mano o con intervenciones, son ediciones pegadas, engrapadas o cosidas, sus páginas interiores son impresiones caseras o fotocopiadas, los tirajes son mínimos, pero ante todo son libros completamente artesanales.
Producir libros artesanales es una manera de darle salida a la creación de jóvenes autores y al talento de diseñadores y artistas “sin nombre”. Las editoras cartoneras conjugan literatura, artes plásticas, propuestas jóvenes y conciencia ecológica.
La base principal de estos libros que son considerados arte objeto es el cartón reciclado de las cajas de huevo, detergente, sopa, pañales, servilletas, electrodomésticos y todos aquellos productos que se empaquetan. Es un material tan maleable, que tras su vida útil vuelve a cobrar vida convertido en tapas de libros.
Desde 2003, cuando en Buenos Aires, Argentina, apareció la primera editorial cartonera del mundo, Eloísa Cartonera, la técnica y el deseo de confeccionar libros hechos a mano se regó por todo el continente e incluso fuera de él, han aparecido cartoneras en Chile, Perú, Paraguay, Bolivia, Uruguay, Madrid, Brasil, España, Mozambique y por supuesto México, donde hay más de 20 editoriales cartoneras, 100% artesanales.
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