Aptus | Noticias de educación, cultura, arte, formación y capacitación

Destacan que es «esencial» para la salud de las infancias la buena calidad del sueño

Para mejorar la calidad del sueño, recomendaron desarrollar buenos hábitos y lograr una rutina que respete el horario de acostarse y levantarse para prevenir trastornos e implicancias sobre la salud.

El Hospital Garrahan destacó que una buena calidad del sueño «es esencial para la salud de niños, niñas y adolescentes», y recomendó una serie de medidas como respetar los horarios de descanso, evitar las pantallas y mantener el ambiente en condiciones «para procurar el desarrollo físico y neurológico» de las infancias.

El reconocido hospital indicó que «dormir bien no solo favorece el desarrollo físico y mental de los niños, niñas y adolescentes, sino que también optimiza su atención, el comportamiento, el aprendizaje y la memoria».

Para mejorar la calidad del sueño, recomendaron desarrollar buenos hábitos y lograr una rutina que respete el horario de acostarse y levantarse para prevenir trastornos e implicancias sobre la salud.

Consecuencias de la mala calidad del sueño

En este sentido, desde el hospital destacaron que la mala calidad del sueño «puede producir hiperactividad en niñas y niños pequeños y afectar su crecimiento», en tanto que también pueden aparecer déficits de atención, dificultades en el aprendizaje, irritabilidad, somnolencia diurna excesiva y cambios de humor.

«Es motivo de consulta con el pediatra de cabecera si el niño o niña ronca, hace pausas al respirar o presenta cambio de color de la piel», sostuvo Vivian Leske, jefa de Clínica de la Unidad de Sueño de ese hospital.

Y agregó que también se debe consultar «si (el niño o niña) tiene pesadillas reiteradas, es sonámbulo, presenta movimientos llamativos durante el sueño, duerme excesivamente, se duerme en la escuela, jugando, comiendo o si no logra dormir».

Calidad del sueño según las edades

A medida que los niños y niñas crecen, las características y horas del sueño van variando, ya que cuando son recién nacidos se despiertan cada tres horas aproximadamente para alimentarse y duermen entre 16 y 20 horas.

En tanto, a los tres meses duermen hasta seis horas seguidas, y a los nueve meses llegan a dormir toda la noche sin despertarse.

Durante la infancia, pueden dormir entre 10 a 14 horas con alguna siesta y hacia la adolescencia el horario de sueño es de ocho o nueve horas.

Por este motivo, enfatizaron que «la mayoría de los trastornos del sueño son prevenibles y tratables si la duración del sueño es la adecuada según su edad para que logren el descanso necesario».

Recomendaciones para el buen descanso

Entre las recomendaciones para un buen descanso, señalaron que crear hábitos como cenar a la misma hora para que el baño, el lavado de dientes, los cuentos o canciones no retrasen la hora de sueño, «lograrán una rutina que los niños y niñas asumirán desde pequeños».

También destacaron la importancia de que los adultos no fumen en las habitaciones y evitar que el uso de pantallas después de las 19.

A la hora de dormir, recomendaron «mantener el ambiente poco iluminado, silencioso y a temperatura adecuada, acostar a las niñas y niños pequeños en sus camas mientras están despiertos con su objeto de transición como una mantita o muñeco».

Finalmente, remarcaron acostar a los bebés boca arriba en su propia cama, sobre un colchón firme, sin almohada y no abrigarlos de más.

Y añadieron, en lo posible, «no compartir la habitación con bebés de más de seis meses».