A los 87 años el ingeniero Rafael Kohanoff lleva adelante un programa en el Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI) que desarrolla objetos para personas con discapacidad en el que aseguró que puso «el espíritu emprendedor privado al servicio de lo social».
Convencido durante más de cinco décadas de que «el crecimiento iba a traer por sí sólo equidad», cuando promediaba los 70 años se replanteó esta premisa y concluyó en que «para lograr que mejore la situación de las personas más vulnerables hay que tomar medidas muy concretas y específicas».
Fundador de más de diez empresas privadas, ex presidente de la Confederación General de la Industria (CGI), ex ministro de Promoción Social y de Industria y Comercio porteño, Kohanoff se acercó al INTI a realizar la propuesta.
Kohanoff relevó la situación de la Argentina, donde el porcentaje más elevado es el de la discapacidad motriz y su plan fue fue hacer en el INTI los planos y manuales de sillas de ruedas, andadores, bastones, etc. y regalarle la tecnología a las pymes para que se instalen en todo el país; así, de paso, se fomentaba a la pequeña empresa.
Así surgió el acuerdo con el Ministerio de Educación de la Nación y el Instituto Nacional de Educación Tecnológica (INET) y dieron origen al «Programa Productivo, Tecnológico y Social de Construcción de Dispositivos de Ayuda para la Discapacidad».
Entre los más de 40 desarrollos que el programa lleva realizados, el ingeniero contó el caso del aro magnético, un dispositivo que se instala en un espacio que puede ser desde un aula hasta un teatro y que permite a las personas que utilizan audífono poder escuchar sólo lo que quieren, y no el sonido ambiente ya que en lugares concurridos, el audífono potencia también el «barullo».
Fuente: Río Negro.com.
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