Si bien las carreras universitarias y de posgrado enseñan mucho, apenas arañan la superficie de lo que abarca la rama del conocimiento, tanto en temas exclusivamente propios como en otras ramas multidisciplinares que estén relacionadas.
Por otro lado, los contenidos impartidos no siempre están muy actualizados y a diario surgen nuevos conocimientos. De ahí que una carrera pueda entenderse como una especie de mapa que nos orientará para adquirir nueva formación y nuevos conocimientos, y no la finalización de estos.
Para insertarse en el mundo laboral, siempre es bueno estar al tanto de los nuevos estudios que salen, de cómo van cambiando las cosas, de quiénes son los autores e investigadores más destacados. En este sentido es importante reservar un hueco en tu biblioteca profesional para artículos académicos novedosos, y para los nuevos estudios que podrían suponer un cambio, según consignó el sitio eTítulo.
Empezar a armar la biblioteca profesional
Cada vez que un profesor universitario recomiende lecturas o autores, anotalos. Ahí vas a tener tu primera lista de libros para empezar tu biblioteca. Claro que hay que diferenciar aquellos libros imprescindibles de los mediocres, pero incluso de los textos simples se pueden sacar ideas que aporten a la profesión.
Como los libros ocupan espacio, y tampoco se puede dedicar toda la casa a la biblioteca, la recomendación es atesorar los más importantes, aquellos que puedan ser de consulta permanente. Para el resto se puede consultar alguna biblioteca pública o especializada de las facultades, y otra opción es conseguir copias digitalizadas.
La creación de nuestra propia biblioteca profesional no es algo que se termine al recibirse. Es un trabajo que obliga a actualizarse y a seguir aumentando los conocimientos y, aunque el saber no ocupa lugar, los libros sí, así que apostá por la calidad y no por la cantidad.
Imagen: Shutterstock
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