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Con una muestra el Macba recorre la potencia del arte geométrico en la Argentina

La geometría se presenta en un recorrido diverso en la muestra colectiva «Neo Post, 50 años de pintura geométrica en la Argentina 1970-2020», que con curaduría de Rodrigo Alonso acaba de inaugurarse en el Museo de Arte Contemporáneo de Buenos Aires (Macba).

Este espacio se encuentra abierto hasta agosto y presenta obras de 80 artistas entre los que se encuentran Alfredo Londaibere, Jorge Gumier Maier, Pablo Siquier y Magdalena Jitrik, entre otros.

La exhibición del Macba, ubicado en el barrio de San Telmo de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, habita los cuatro pisos de la institución especializada en este tipo de arte y consta de tres etapas bien definidas: «Sistemas y geometría sensible» (1970-1980), «Geometría y ornamento» en los 90, y el período del siglo XXI caracterizado por «por su amplia diversidad».

Entre los trabajos que se exhiben hay nombres como los de Alfredo Londaibere, Jorge Gumier Maier, Fabián Burgos, Pablo Siquier, Magdalena Jitrik, Maria Martorell, Silvia Gurfein, Marta Minujín, Amadeo Azar, Hilda Mans, Tulio de Sagastizábal, Amadeo Azar, Roberto Aizenberg, Pablo Sinai, y Mariela Scafati, entre otros.

La exposición «propone transitar la rica diversidad de las manifestaciones geométricas desarrolladas a partir de los años setenta», prestando atención a las cualidades plásticas, ideas motoras y «aportes al medio pictórico y su amplia pluralidad en la producción actual», según indica el curador invitado.

«Desde la década de 1940, la pintura geométrica ha mantenido una presencia constante en el arte argentino» y en «sus inicios, fue un instrumento para expurgar las anécdotas figurativas propiciando la exploración de los recursos plásticos» y se constituyó «en un elemento clave para el establecimiento del modernismo pictórico», explica Alonso.

Con el tiempo esta corriente adquirió un estatuto propio y «luego de las distintas vertientes concretas de los cuarenta y la eclosión de los sesenta (arte generativo, estructuras primarias, op-art, entre otros), la geometría emprendió inéditos rumbos», dice el curador.

Así arranca un ciclo que se denominó como «nueva geometría, geometría sensible, neo-geo, parageometría, geometría ornamental, postgeometría».

En el nombre de la muestra se juega con estos prefijos de modo irónico, ya que en su uso se intentó dar cuenta de las singularidades posteriores a los dos períodos previos.

En palabras de Alonso, «quizás lo más característico de estos últimos 50 años de pintura geométrica sea el protagonismo de la subjetividad de les artistas. Toda la geometría anterior respondía en general a unos sistemas compositivos definidos, que estaban de alguna manera reglamentados».

Entre las obras exhibidas del acervo y las que están en préstamo, también hay adquisiciones recientes como el de Hilda Mans «Sin título» (1974) o una obra de Jorge Gumier Maier. Distintos formatos y materialidades de líneas, formas, colores vibrantes como en Kazuya Sakai «Homenaje a Körine (Olas rojas en Matshushima) de 1976 o «Eiesio» (1974) de María Martorelli 1974, ilusiones ópticas o calados, integran el recorrido.

 

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