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Cómo preparar la defensa oral de la tesis

Es el momento culminante de la carrera, y como tal, hay que tener en cuenta muchas cosas para que todo sea un éxito

La defensa de la tesis o del trabajo de fin de grado es el momento culminante de la carrera, y como tal hay que tener en cuenta muchas cosas para que todo sea un éxito.

El sitio eTítulo brindó una serie de tips para que la defensa salga de la mejor forma:

Nervios: hablar en público puede poner nervioso a cualquiera, pero hay que superarlo. Así que justo antes de salir a escena, hay que respirar hondo, pensar en cosas relajantes e infundirte ánimo. Si lo has preparado como debes, todo irá bien.

Tarjetas de apoyo: en la presentación no se puede leer, pero lo que sí se puede es consultar unas tarjetas o un esquema para guiarse durante la exposición y así evitar quedarse en blanco o perder el hilo.

Gestualización: además del lenguaje, hay que prestar mucha atención a los gestos. Hay que tratar de ser natural, de trasmitir con el cuerpo lo que se quiera decir sin hacer muchos aspavientos con las manos y tampoco quedándose rígido como un palo. Mirar a los miembros del tribunal a los ojos cuando se habla es clave. Tampoco hay que olvidarse de sonreír, al menos al empezar y al terminar.

¿Cómo vestirse? Se debe ir formal, para dar una imagen más profesional, pero sin pasarse. No se trata de ir de traje, porque hay que estar cómodos y sentirse a gusto, pero sí viene bien ir un poquito más serio de lo normal y punto.

No hablar todo el tiempo: una buena exposición no consiste en recitar de memoria todo el texto a máxima velocidad. Un buen orador incluye a su público, pone ejemplos y se mueve.

Dividir la exposición de forma lógica:

Primero hay que presentarse y contar los motivos por los que elegiste hacer este trabajo. La parte central de la presentación debe contener todos los puntos importantes de la investigación, mencionando las técnicas utilizadas y haciendo referencia a autores consultados.

La parte final son las conclusiones, que deben ser breves, pero estar bien fundamentadas y expresadas con claridad. No hay que olvidarse de dar las gracias al acabar y de esperar a que el tribunal haga sus preguntas o sus apreciaciones.

En el turno de preguntas o debate, no hay que ponerse a la defensiva si dicen algo que no te gusta. Hay que aceptar las críticas igual que los elogios y responder con la mayor precisión y educación posible.

Imagen: Shutterstock