Los exámenes son normalmente percibidos como el final de nuestro camino al menos en una materia. De este modo su fin sería ver cuánto sabemos (o no sabemos) respecto de tal o cual asignatura. Sin embargo, cada vez más expertos en educación y psicólogos que plantean ir más allá de este concepto e introducen la idea de la autoevaluación.
¿De qué se trata esto? Se parte de la base de que los exámenes pueden beneficiar significativamente la memoria a largo plazo sobre todo si es uno mismo quien efectúa un análisis crítico de lo aprendido, reflexiona y corrige al respecto.
De acuerdo al portal Go con QR, aunque cada estudiante tenga sus propios hábitos de estudio, el enfoque es generalmente el mismo:
- Estudiar, estudiar, estudiar, examen.
O quizás:
- Estudiar, examen, estudiar, examen.
Sin embargo plantea que la efectividad se puede mejorar si se opta por la siguiente fórmula:
- Estudiar, examen/autoevaluación, examen/autoevaluación, examen/autoevaluación.
Estudiar de esta manera hace que la retención de la información en nuestro cerebro aumente, algo que los psicólogos denominan el “efecto examen” (Testing effect).
Investigaciones recientes han demostrado la efectividad de este método. En una de ellas, los psicólogos estadounidenses Jeff Karpicke y Henry Roediger probaron los efectos de la autoevaluación en el aprendizaje de idiomas con un grupo de estudiantes universitarios.
El experimento consistía en la memorización de parejas de palabras en inglés y suajili para, posteriormente, realizar ejercicios de autoevaluación. Mientras un grupo eliminaba las palabras cuando se las iba aprendiendo, el otro continuaba realizando evaluaciones de todas las palabras hasta el final del periodo de aprendizaje.
Al final, el grupo que iba abandonando las palabras pudo recordar un 35% de las parejas de palabras en el examen final, mientras que el que realizaba autoevaluaciones de todas las palabras recordó un 80% de ellas.
Otro estudio realizado en 2014 con 83 estudiantes universitarios de Psicología consistió en que todos estudiasen durante cuatro minutos una serie de conceptos. Luego se pidió a un grupo que los siguiera estudiando, mientra otro fue sometido a una serie de tests donde se les pedía que los nombraran
Finalmente todos fueron sometidos a la misma evaluación a los 18 días y luego a las cinco semanas. El segundo grupo obtuvo siempre mejores resultados y la explicación fue que en lugar de continuar estudiando recibieron un estímulo de memoria adicional gracias a lo que se conoce como “retroalimentación inmediata”. De este modo, los estudiantes iban descubriendo si sus respuestas eran correctas o no justo después de haber respondido.
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