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Cómo estudiar en el verano sin renunciar a las vacaciones

Pileta, salidas, amigos, todo parece complotarse en contra del estudio en las vacaciones. Cómo hacer para preparar el examen y disfrutar del verano

Pileta, salidas, amigos, todo parece complotarse en contra del estudio en las vacaciones de verano. Sin embargo no queda otra que agarrar los libros y ponerse a leer y releer para rendir esas materias necesarias para avanzar en la carrera. Estos son algunos de los consejos para estudiar en el verano y sacarle provecho, sin renunciar a las vacaciones.

Elegí la mejor hora para estudiar: a algunos les viene mejor a la noche, otros se concentran más de día. Hay que elegir el horario en el que uno se siente con más energía, que generalmente suele ser ni bien terminás el desayuno, pero depende de cada uno.

Definí un cronograma: no sirve de nada estudiar 12 horas seguidas que después te obliguen a descansar dos días enteros. Es mejor marcarse un inicio y un fin, en función de nuestra capacidad, disponibilidad de tiempo y extensión de la materia, y respetarlo siempre.

Tené todo lo necesario a mano: apuntes, libros, computadoras, audios, y todos los elementos necesarios para estudiar deben estar al alcance de la mano. Eso te permite no perder tiempo buscando materiales y te impide poner excusas para sentarte a sumar conocimiento.

Evitá distracciones: la mesa debe tener las cosas necesarias para estudiar y nada más. Hay que alejar el celular, el control del tele y sobre todo el joystick de la consola de videojuego. Todo eso conspira contra nuestra concentración.

Hacé pausas cada tanto: que no debas distraerte no significa que no puedas tomar un breve descanso cada una hora u hora y media, pero procurá que no sean más de cinco minutos. En esas interrupciones breves se aconseja tomar mucha agua y caminar un poco para despejar la mente y recargarse.

Terminá el día repasando: tomarse 15 minutos luego de la jornada de estudio es imprescindible para corroborar si recordás lo estudiando y podés conectar las ideas principales, o si tenés que reforzar algo en particular al día siguiente. Si el día previo al examen no podés repasar, esta práctica diaria será más que útil.

Date un gusto: una vez que tenés armada la rutina y ves que funciona, podés definir un día o momento para salir con tus amigos o pareja y disfrutar del verano. Darse alguna libertad es importante para relajar tensiones y volver recargado al estudio.

Imagen: The Years Of Living Curiously