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Clima escolar

Clima escolar bajo la lupa: 6 de cada 10 chicos sufrieron agresiones en la escuela o en redes sociales

El 63% de los estudiantes de 6° grado de primaria en Argentina sufrió algún tipo de agresión en la escuela o en redes sociales

Un reciente informe nacional revela este dato alarmante sobre el clima escolar. A esto se suma que más de un tercio (36%) se sintió discriminado dentro del ámbito escolar. Estas cifras, lejos de ser casos aislados, describen una dinámica cotidiana que interpela a toda la comunidad educativa.

El estudio, titulado “Desafíos de convivencia en la escuela primaria: discriminación y conflictos entre pares”, fue elaborado por Mercedes Sidders (Innovations for Poverty Action), María Sol Alzú y Leyre Sáenz Guillén (Argentinos por la Educación), y se basa en los cuestionarios complementarios de la prueba Aprender 2023.

Un entorno que no es igual para todos

Si bien la mayoría de los estudiantes declara sentirse a gusto en la escuela —el 99% dice tener amigos, el 94% se siente cómodo con el personal escolar y más del 90% valora positivamente el ambiente—, también el 56% reconoce haberse sentido excluido, el 40% incómodo o fuera de lugar, y el 36% solo.

El dato más preocupante es la naturalización de la violencia entre pares: el 56% presenció agresiones en el último año, y el 34% admite haber agredido a un compañero o compañera. Las agresiones incluyen desde burlas y amenazas hasta daños físicos, verbales o virtuales. Según el informe, estas situaciones muchas veces se abordan con estrategias tradicionales —avisos a las familias, reuniones, intervenciones puntuales— que no logran atacar el problema de raíz.

Discriminación: una problemática extendida y desigual

Los principales motivos de discriminación señalados por los alumnos son el aspecto físico, los gustos personales y la orientación sexual o identidad de género. A nivel nacional, las provincias con mayores niveles de discriminación reportada son Chaco (49%), Santiago del Estero (46%) y La Rioja (45%). También se evidencian diferencias significativas según el tipo de gestión: el 42% de los estudiantes de escuelas estatales se sintió discriminado, mientras que en las privadas el número desciende al 21%.

¿Qué falta? Estrategias integrales, preventivas y transformadoras

Para las autoras del informe, la convivencia escolar necesita ser trabajada de forma sistémica y sostenida, con herramientas que vayan más allá de la reacción ante el conflicto. Mercedes Sidders lo resume con claridad:

“Hay margen para mejorar, especialmente a través de enfoques más integrales y preventivos que involucren activamente a docentes, estudiantes y familias. Estas estrategias no solo abordan los conflictos cuando ocurren, sino que transforman las normas sociales que los habilitan”.

La evidencia internacional respalda este enfoque. Las intervenciones socioemocionales, el fortalecimiento de los vínculos, la enseñanza explícita de habilidades para la vida, la formación docente en gestión emocional y el uso de prácticas restaurativas como los círculos de diálogo han demostrado ser eficaces para mejorar el clima escolar. Sin embargo, estas iniciativas aún son escasas en las escuelas primarias argentinas.

Hacia un nuevo paradigma educativo

“La escuela no puede ser solo un espacio de instrucción. Tiene que ser también un lugar seguro, de pertenencia, donde cada niño y niña sepa que cuenta”, sostiene Pablo Mainer, fundador de Hablemos de Bullying. Para lograrlo, propone dejar atrás las intervenciones aisladas y avanzar hacia políticas que atraviesen todos los niveles del sistema educativo.

En la misma línea, Alejandro Castro Santander, director del Observatorio de la Convivencia Escolar de la UCA, afirma que “la inclusión de habilidades socioafectivas debe estar al mismo nivel que materias como lengua o matemática”. No se trata de sumar contenidos, sino de transformar la lógica del aula: “cada grupo escolar debe ser pensado como una pequeña república donde todas las voces cuenten y las diferencias enriquezcan”.

Finalmente, Paola Zabala, de la Comunidad Antibullying Argentina, advierte que “el derecho a aprender solo se garantiza si también se respeta el derecho a sentirse seguro, incluido y valorado”. Y concluye: “El clima escolar no es un complemento. Es el corazón de toda experiencia educativa”.