Un equipo de trabajo integrado por científicos del CONICET desarrolló BIODIVERSA, una experiencia inmersiva para promover la conciencia sobre la situación ambiental de los bosques nativos que fue visitada por casi 5000 personas.
La muestra, que incluía tecnologías inmersivas con luces, sonidos y aromas, fue organizada por el Museo Botánico (UNC-CONICET) y estuvo alojada en la sala Magna de la Academia Nacional de Ciencias.
Con entrada libre y gratuita, la exposición contó con una impresionante recepción entre el público. Del total de 4900 visitantes, alrededor de 2990 acudieron por cuenta propia, en tanto que el resto asistió en grupos provenientes de 48 instituciones, entre escuelas públicas y privadas de nivel primario y secundario, instituciones de educación para adultos, instituciones de educación especial, profesorados de formación docente y un centro de adultos mayores. A su vez, ocho de estos grupos pertenecían al interior de la provincia de Córdoba, lo que evidenció el impacto social de la exposición.
Jimena Nores, investigadora del CONICET en el Instituto Multidisciplinario de Biología Vegetal (IMBIV, CONICET-UNC) y coproductora general de la propuesta junto a Jimena Ponce y Silvana Montecchiesi, afirma: “Partimos de la premisa de que las personas -particularmente quienes vivimos en las ciudades- estamos muy disociadas de la naturaleza, como si fuese ajena a nosotros y sus problemáticas no nos afectaran. Por eso, nos propusimos abordar la concientización sobre la conservación de la biodiversidad biológica y cultural asociada a los bosques nativos desde una experiencia sensible. Es decir, mediante recursos innovadores que combinan arte, ciencia y tecnología, acercar al público la vivencia de estar sumergidos en un bosque para impulsar a la reflexión sobre nuestro lugar en la naturaleza. Más allá del éxito en número de visitas, las devoluciones del público mostraron que esa meta se logró con creces”.
Paula Tecco, investigadora del CONICET en el IMBIV y miembro del grupo de trabajo de BIODIVERSA, apunta: “La intención era presentar a las personas como parte de la biodiversidad. Además de los sonidos de aves y anfibios, sumamos al recorrido sensorial las voces de campesinas/os que habitan y trabajan con los frutos del bosque, así como las de niños jugando en un arroyo y de familias disfrutando de la naturaleza. Es decir, mostramos las dos caras de la misma moneda: los humanos como parte de la trama de la naturaleza, no sólo como agentes de su destrucción”.
A la hora de comunicar la crisis ambiental de un modo que motive acciones transformadoras, se suele enfatizar la potencia de reemplazar la narrativa catastrofista por una que ponga el foco en la agencia de las personas. En ese sentido, Tecco destaca: “Nuestro objetivo era que la gente no saliera desmoralizada, sino más bien motivada a actuar. Brindarles un código, una referencia, para saber a dónde ir si desean hacer algo al respecto”.
“Decidimos plantear el recorrido en dos instancias: en primer lugar, un sendero de sensibilización que apelaba a la memoria afectiva y a la construcción de identidad, a través de los sentidos. En segundo lugar, un mapping que mostraba en formato audiovisual la biodiversidad de los bosques y la problemática de su conservación, aunque desde una visión esperanzadora de la posibilidad de rebrote, de la resiliencia de la naturaleza y de nuestro papel ante la situación. De esta forma, se logró sensibilizar respecto a la relación con la naturaleza, como así también instar a la reflexión sobre las acciones urgentes a tomar para defender el bosque nativo”, añade Nores.
Para el equipo organizador, las repercusiones de BIODIVERSA superaron las expectativas. “Hacia el final del recorrido, al llegar a la escultura central de la muestra, hacíamos una reflexión colectiva sobre las vivencias de cada visitante. Salían conmovidos e interpelados por las problemáticas ambientales y manifestaban una consciencia sobre nuestra responsabilidad por la situación. Se generó un diálogo intergeneracional muy rico acerca de la conexión con la naturaleza. La gente mayor se expresaba desde su experiencia o desde la nostalgia por lo que en algún momento fue el bosque. La gente más joven, con un espíritu de lucha, pensando cómo actuar para detener la degradación de la naturaleza”, comenta con entusiasmo Nores.
BIODIVERSA: El cruce entre artes y ciencias como estrategia para la comunicación ambiental significativa
En el contexto de crisis civilizatoria y degradación ambiental que transitamos, resulta indispensable que las instituciones científicas generadoras de conocimiento sobre la biodiversidad encuentren múltiples formas de comunicar y democratizar esos conocimientos al público más amplio. En ese sentido, Nores afirma: “La comunicación de las ciencias no sólo consiste en transmitir conocimientos científicos, sino también en interpelar, conmover mediante distintos lenguajes. Allí juega un papel fundamental el uso creativo de formatos y estrategias que combinan ciencia y arte, como nos propusimos con esta iniciativa. Es necesario darle mayor reconocimiento a estos esfuerzos, como parte del rol de los investigadores en la sociedad”.
“El diálogo de perspectivas entre artistas y científicos durante el guionado y producción de la muestra fue una experiencia muy enriquecedora. Analizando en retrospectiva, logramos simplificar los contenidos que nos propusimos comunicar y hacerlos más vivenciales, sin perder rigor científico”, manifiesta Tecco.
No obstante, la investigadora reconoce que el trabajo interdisciplinario conlleva sus desafíos: “Los videos, sonidos y fotos que se usaron en la muestra fueron provistos por biólogos que investigan sobre distintos aspectos del bosque nativo, por lo que la historia detrás de cada material tenía un valor agregado. La selección de qué utilizar y qué no implicó un proceso de negociación con los artistas. A lo largo de ese proceso, nuestro horizonte fue la búsqueda del equilibrio entre la dimensión estética y la complejidad de los sistemas biológicos. Queríamos mostrar que la biodiversidad no siempre es ‘bonita’, y que hay una gran cantidad de organismos, que quizás no sean los más carismáticos o llamativos, pero que cumplen un rol fundamental en los ecosistemas”.
Y concluye: “Desde que presentamos la propuesta de BIODIVERSA a la convocatoria Ensayar Museos 2022 de la Fundación Williams, hasta la inauguración, estuvimos trabajando intensamente todo un año. Recibir devoluciones tan positivas de la gente que asistió refuerza nuestra convicción de que el tiempo que insume la comunicación de la ciencia es tan valioso como el que destinamos a los procesos de publicación en revistas científicas. Esta experiencia tuvo incluso un efecto que excedió los objetivos originales, relacionado con el estímulo a las vocaciones científicas. Se convirtió en un espacio para conversar con los estudiantes de los primeros años de Biología sobre todo lo que implica el ejercicio de la profesión en el contexto socio-ambiental actual, y alentarlos a continuar con su formación”.
Foto Camila Esparza, Ramiro Dantas y Equipo de comunicación FCEFyN-UNC.
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