🧠 El cerebro en modo multitarea
Vivimos en una era de hiperconectividad constante. Las pantallas —celulares, tablets, redes sociales, videojuegos— compiten minuto a minuto por la atención de niños y adolescentes. Pero el cerebro humano no está diseñado para la multitarea: cada vez que cambiamos de foco, perdemos eficiencia y profundidad cognitiva.
Estudios en neuroeducación muestran que los estudiantes que alternan entre tareas digitales y académicas retienen menos información, tienen menor capacidad de razonamiento complejo y más dificultades para mantener la motivación.
Lo mismo les ocurre a los docentes: preparar clases, contestar mensajes y atender simultáneamente a 25 alumnos dispersa la energía mental.
📵 La atención como habilidad que se entrena
La buena noticia es que la atención puede entrenarse. No es un don natural, sino una capacidad que se desarrolla con práctica y condiciones adecuadas.
En la escuela, esto implica diseñar entornos pedagógicos que minimicen la distracción y promuevan la presencia plena.
Algunas estrategias efectivas:
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Comenzar las clases con una consigna de foco, breve pero clara: qué se va a aprender hoy y por qué es importante.
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Alternar momentos de exposición con pausas activas o microactividades que reorienten la energía.
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Limitar el uso de dispositivos durante las explicaciones y usarlos con propósito pedagógico, no como fondo permanente.
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Incorporar técnicas de atención plena (mindfulness educativo): respiraciones, breves ejercicios de observación o silencio.
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Trabajar la metacognición, es decir, enseñar a los alumnos a reconocer cuándo y por qué pierden la atención.
🎧 Escuchar también es aprender
En un mundo saturado de estímulos visuales, la escucha atenta se vuelve un acto casi revolucionario. La comprensión lectora, el pensamiento crítico y la empatía se fortalecen cuando los chicos aprenden a escuchar sin interrumpir, procesar y responder.
Promover espacios de diálogo, debates guiados, lectura en voz alta o narración oral favorece esta competencia. Escuchar es también una forma de concentrarse: obliga a sostener la atención en otro, a demorar la respuesta y a construir sentido.
🏫 Un desafío compartido
Recuperar la atención en el aula no es solo una tarea del docente: es un desafío cultural.
Implica cuestionar el ritmo acelerado en el que vivimos, los modelos de consumo digital y la lógica de la inmediatez.
La escuela, más que nunca, puede ser ese espacio distinto del mundo —donde el tiempo se estira, el pensamiento se pausa y el conocimiento se construye con calma—.
Y en esa pausa, la atención vuelve a ser lo que siempre fue: la puerta de entrada al aprendizaje.





