Las estadísticas surgidas de la última aplicación del Programme for International Student Assessment (PISA), en el años 2012, señalan que un 71 % de los estudiantes argentinos que participaron de la prueba asistieron a más de un año de educación inicial.
Al mismo tiempo, Argentina presenta el menor porcentaje de chicos que no asistieron al nivel pre-escolar de la región, con un 6 %, seguido por Chile con un 9.
El informe del BID señala que “en todos los países de la región y en la gran mayoría de los países participantes en PISA 2012, a los estudiantes les va mejor en matemática si tuvieron uno o más años de educación pre-escolar».
Si se compara el puntaje en matemática de los alumnos que tuvieron acceso a más de un año de pre-escolar con los que no tuvieron acceso, los primeros aventajan a los segundos en casi un año de escolaridad en Colombia y Costa Rica, alrededor de un año Brasil y México, y más de un año en Argentina, Chile, Perú y Uruguay.
Esta ventaja es similar a la del país promedio de la OCDE, de 53 puntos, y continúa siendo estadísticamente significativa, aunque menor, si se comparan alumnos con un año o menos de pre-escolar con los que nunca asistieron a ese nivel en todos los países de América Latina participantes de PISA 2012.
Según un informe con base en Encuesta de Hogares de cada país, la tasa de escolarización de los chicos de 5 años en Argentina entre los años 2000 y 2010 pasó de 73,7 al 93,6 %, logrando un crecimiento del 19,9, considerablemente mayor a la misma tasa para el total de América Latina, la cual se ubica en el 11,8.
Con este nivel de escolarización, Argentina, junto a México, Uruguay y Chile, se ubica entre los países con los mejores indicadores para el nivel inicial de la región.
La educación inicial promueve la alfabetización cultural de los niños menores de 6 años, en el marco de sus desarrollos personales y sociales.
Quienes asistan al jardín de infantes desde los cuatro años tendrán la oportunidad de desarrollar tanto sus competencias lingüísticas como de complejizar su conocimiento del ambiente.
Los primeros seis años de vida son fundamentales para el desarrollo neuronal de las personas, pero esta capacidad solo es desarrollada a partir de contar con un ambiente educativo que ofrezca oportunidades de interactuar con otros sujetos y objetos, que amplíen el marco de las experiencias.
La educación desde los primeros años de vida supone garantizar oportunidades equivalentes, apoyar un crecimiento saludable y armónico e incentivar de manera integral el desarrollo del potencial de aprendizaje en la infancia.
Fuente: argentina.ar
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