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El impacto de la inteligencia artificial y los valores históricos en la educación

Entre la innovación tecnológica y la necesidad de recuperar la relación pedagógica

Por Claudia Elba Castiglioni

En las aulas de hoy, la práctica docente atraviesa una transformación marcada por la incorporación de tecnologías como la inteligencia artificial (IA). Sin embargo, junto con los avances aparecen desafíos: apatía, desinterés y desmotivación en los estudiantes que hacen más urgente que nunca la cercanía del docente y la recuperación de la relación pedagógica y emocional.


La IA no reemplaza al docente

La inteligencia artificial puede ofrecer múltiples posibilidades, pero también genera retrocesos cuando los trabajos escolares se limitan a copias automáticas sin razonamiento ni aprendizaje real. El celular, útil como herramienta de investigación, suele convertirse en un distractor cuando lleva a los alumnos hacia redes sociales o juegos en plena clase.
En este contexto, la figura del docente sigue siendo esencial: es quien guía, explica y asegura que los contenidos se comprendan.


Lectura, escritura y uso responsable de la tecnología

La lectura y la escritura son procesos básicos que no deben quedar relegados frente a la inmediatez tecnológica. Usar la IA para agilizar entregas sin comprender lo que se lee o escribe atenta contra el aprendizaje. Además, la falta de conectividad y los errores que aún presentan estas herramientas refuerzan la necesidad de un acompañamiento cercano por parte de los docentes.


La enseñanza de la Historia y los valores de los próceres

Más allá de la tecnología, recuperar los valores históricos resulta clave. La sociedad actual parece haber dejado de lado ideales como la perseverancia, la justicia y la importancia de la patria. En materias como Historia, el trabajo en grupo fomenta pensamiento crítico, colaboración y responsabilidad, aunque los tiempos escolares suelen ser insuficientes.


Una cultura de lo inmediato

Vivimos en una época marcada por la búsqueda de lo rápido, fácil y sin esfuerzo, donde la recompensa inmediata prevalece. Frente a eso, la educación debe rescatar valores como la libertad, la perseverancia y el compromiso con el bien común. Repensar los acontecimientos históricos permite a los estudiantes reflexionar sobre qué significa ser líder hoy, qué causas valen el esfuerzo y cuál es el lugar de la patria en la actualidad.


Pasado, presente y futuro

Unir pasado y presente es el desafío para construir un futuro más solidario y menos individualista. La educación, apoyada en la tecnología pero guiada por valores, tiene el poder de preparar a los niños y jóvenes para enfrentar los desafíos del siglo XXI.