Diversos estudios han evidenciado que aquellos alumnos que sufren acoso físico o maltrato verbal presentan un rendimiento académico inferior en comparación con sus pares. Según los resultados de la prueba PISA 2018, los estudiantes argentinos expuestos frecuentemente al acoso físico obtuvieron, en promedio, 41 puntos menos en Matemáticas, lo que equivale a un año escolar de retraso. En el caso del maltrato verbal, la diferencia fue de 33 puntos, aproximadamente 0,8 años escolares.
El impacto del bullying trasciende el ámbito académico. Un estudio reciente reveló que el acoso escolar afecta a 49 regiones del cerebro, especialmente aquellas relacionadas con la memoria, el aprendizaje y la regulación emocional. Estos efectos pueden perdurar en la adultez, causando problemas emocionales y cognitivos a largo plazo.
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