Según la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), la población mundial sin escolarizar apenas ha disminuido un 1% en los últimos diez años, un dato que refleja una preocupante falta de progreso.
Avances insuficientes y desigualdades persistentes
Desde la adopción del Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) relacionado con la educación en 2015, el número de niños escolarizados ha crecido en 110 millones. Además, las tasas de finalización de la educación secundaria también han aumentado, con 40 millones más de jóvenes concluyendo sus estudios en comparación con 2015. Sin embargo, estos avances son insuficientes frente al número alarmante de niños y adolescentes que aún no acceden a la educación.
La directora general de la UNESCO, Audrey Azoulay, subrayó que la educación es “el motor fundamental para construir sociedades prósperas, inclusivas y pacíficas”. Pero advirtió que, sin medidas serias, la educación de calidad podría convertirse en un lujo accesible solo para unos pocos.
Desigualdad entre países ricos y pobres
La brecha entre naciones ricas y pobres sigue siendo una de las barreras más importantes. En los países de ingresos bajos, el 33% de los niños y jóvenes en edad escolar están fuera del sistema educativo, mientras que en las naciones de renta alta esta cifra es de apenas un 3%. La región de África subsahariana enfrenta los retos más severos, al concentrar a más de la mitad de los niños y adolescentes no escolarizados a nivel mundial.
La falta de inversión: un obstáculo crónico
Un informe conjunto de la UNESCO y el Banco Mundial destaca la insuficiencia crónica de recursos destinados a la educación. Mientras que los países de altos ingresos invierten un promedio de 8.543 dólares por estudiante, los de ingresos bajos y medios solo asignan 55 dólares por alumno. Esta disparidad se agrava con la carga de la deuda, especialmente en África, donde los gastos para el servicio de la deuda rivalizan con los destinados a la educación.
Propuestas para un cambio estructural
Para enfrentar esta crisis, la UNESCO y la presidencia brasileña del G20 han propuesto mecanismos innovadores de financiamiento, como el canje de deuda por educación. Esta iniciativa busca aliviar la carga financiera de los países más vulnerables y garantizar mayores recursos para el sector educativo.
En el marco de la Reunión Mundial de Educación, que se celebra en Fortaleza, Brasil, más de 40 ministros de Educación ratificarán la “Declaración de Fortaleza”. Este documento prioriza la educación como una herramienta esencial para un futuro más equitativo y sostenible.
Enfoques renovados para desafíos actuales
La declaración también aboga por incorporar la educación climática en los planes de estudio, fomentar la educación para la paz como respuesta al aumento del odio y la discriminación, y promover la igualdad de género dentro y a través del sistema educativo.
En un momento crítico para la educación global, estas acciones buscan revertir una crisis que, de no atenderse, podría perpetuar desigualdades estructurales y limitar el desarrollo de millones de niños y jóvenes alrededor del mundo.
Fuente: news.un.org Foto de Feodor Chistyakov en Unsplash
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