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ESTUDIOS: Revelan cómo era la visión de un mamífero sudamericano que se extinguió hace 3 millones de años

Por medio de tomografías computadas y reconstrucciones virtuales en 3D, el equipo de investigación internacional reconstruyó la visión de Thylacosmilus atrox, mamífero perteneciente al grupo de los esparasodontes.

Un equipo integrado por especialistas del Conicet y del Museo Americano de Historia Natural de Estados Unidos (AMNH por sus siglas en inglés) pudo reconstruir cómo era la visión de un mamífero carnívoro conocido como «marsupial dientes de sable», que vivió en América del Sur desde el Mioceno Tardío hasta su extinción, hace tres millones de años, se informó hoy.

Por medio de tomografías computadas y reconstrucciones virtuales en 3D, el equipo de investigación internacional reconstruyó la visión de Thylacosmilus atrox, mamífero perteneciente al grupo de los esparasodontes.

«“Thylacosmilus era un mamífero hipercarnívoro, de gran tamaño, que habría rondado los cien kilos de masa corporal. Tenía caninos extremadamente grandes como dagas, pero de crecimiento continuo, algo nunca visto en otros mamíferos depredadores», expresó Charlène Gaillard, becaria doctoral del Conicet en el Instituto Argentino de Nivología, Glaciología y Ciencias Ambientales (Ianigla, Conicet-Uncuyo-Gob. Mza) y autora del estudio.

Esta investigación tuvo como objetivo interpretar cómo era la visión de este particular depredador para «aportar a las hipótesis sobre su estrategia de caza y cómo su hábito de vida se acomodaba a sus caninos hiperdesarrollados», señaló la investigadora.

Para poder reconstruir el sistema visual de este mamífero el equipo analizó el tamaño y la orientación de las órbitas óseas y descubrió que, a diferencia del patrón del carnívoro tradicional de órbitas oculares convergentes y con una visión orientada hacia adelante, éste es el único de los esparasodontes con las órbitas orientadas hacia los laterales, indicó el Conicet en un comunicado.

«Tienen órbitas óseas que convergen hacia el frente lo que posibilita la superposición del campo visual de ambos ojos, enviando dos imágenes ligeramente diferentes al cerebro que las interpreta en tres dimensiones (estereoscopía)», indicó por su parte, Ross MacPhee, especialista del AMNH y otro de los autores.

Y señaló que esta superposición del campo visual permite calcular distancias y ubicar a las presas con gran precisión en el espacio.

A pesar de la orientación lateral de sus ojos, el equipo afirma que Thylacosmilus habría compensado la baja convergencia y logrado la estereoscopía mediante la reorganización completa de sus orbitas.

“La orientación de sus órbitas en relación al plano del paladar y la base del cráneo es extrema comparada con otros carnívoros. Tal orientación es el resultado del compromiso morfológico entre la función primaria del cráneo y la generación de suficiente espacio para acomodar a los grandes caninos, cuyas raíces llegaban al dorso del cráneo», detalló Analía Forasiepi, investigadora del Conicet en el Ianigla.

El estudio, publicado en la revista científica Communications Biology, también reveló que el desplazamiento lateral de las órbitas es solo una de las diversas modificaciones craneales que se observan en este depredador, y que su estructura ósea es una característica única de esta especie, no observada en ningún marsupial depredador actual.

El equipo de profesionales se preguntó acerca del tamaño de los caninos de Thylacosmilus y su crecimiento continuo: “Los estudios previos sugieren que los caninos hiperdesarrollados habrían facilitado apuñalar a las presas sobre las partes blandas, infligiendo una profunda herida mortal», dijo Forasiepi.

«Su particular morfología impide realizar interpretaciones paleobiológicas con modelos actualistas, al tiempo que invita a explorar distintas metodologías analíticas para intentar interpretar aspectos de su forma de vida”, concluyó la investigadora.

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