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La educación en Brasil y una preocupante estadística

El 40,8% de los alumnos brasileños de 6 y 7 años no aprendió a leer y escribir en 2021 según la organización no gubernamental «Todos por la Educación».

El 40,8% de los niños brasileños entre 6 y 7 años no sabían leer o escribir en 2021, un aumento del 65,6% con respecto de 2019, antes del inicio de la pandemia de coronavirus, indican números oficiales divulgados hoy por la organización no gubernamental Todos por la Educación.

El retroceso de la pandemia es peor incluso que en 2012, cuando comenzaron las mediciones, ya que en aquel año el 28% de los niños de primero y segundo grado no habían aprendido a leer ni a escribir.

La pandemia profundizó el abismo social que perjudicó a los niños pobres en escuelas públicas sin acceso a educación remota de calidad ni a una infraestructura hogareña para poder aprender durante la cuarentena.

El estudio en base a la muestra domiciliaria del Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE) indica que en 2021, el año más letal de la pandemia en Brasil con la variante Gamma del coronavirus, el número de niños de 6 y 7 años que no sabía leer era de 2,3 millones, contra 1,4 millón de 2019.

El número es peor cuando se trata de niños negros, que conforman la parte más pobre de la población: ente los niños negros de primero y segundo grado el 47,7% no estaban alfabetizados, casi siete puntos por encima del promedio y superior al 35,1% de los blancos.

Sin embargo, el aumento de la tasa de analfabetismo de los chicos de entre 6 y 7 años creció más entre blancos, un 88%, contra el 69% de los negros, cuando el promedio nacional fue del 65,6%.

Según el coordinador de política educativas de Todos por la Educación, Gabriel Correa, los resultados indican el daño causado por la falta de acceso durante la pandemia a las clases y evidencia las desigualdades existentes antes de la pandemia.

«Todos fueron afectados pero los más perjudicados fueron los niños negros, los más pobres, los que ya tenían un desnivel en el acceso a la educación respecto de los blancos y los más ricos», explicó Correa al divulgar los números este martes.

«Esta realidad puede ser una decisión futura de abandonar la escuela», advirtió.

Por ley, los niños brasileños deberían tener asegurado el derecho de leer y escribir hasta el segundo grado de la primaria.

Puso como ejemplo el caso de la ciudad más rica de Brasil y la más poblada de Sudamérica, San Pablo, con 14.000 alumnos de primer grado sin banco garantizado ni por las escuelas municipales ni las estaduales por falta de planificación.

En Brasil las secretarías de Educación de los estados y los municipios son los gestores de la educación primaria y secundaria, siguiendo las directrices macro y el financiamiento del Ministerio de Educación.

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