Doctor en Química de la Universidad Nacional de Rosario (UNR) e investigador superior del Conicet en el Instituto de Química de Rosario, Alejandro Olivieri recibió el Premio Houssay Trayectoria 2021 del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación de la Nación.
El científico obtuvo el galardón que se entrega a científicos destacados en materia de producción de conocimientos e innovación «de impacto social y productivo» en el área “Química no biológica, Ciencias de la Tierra, del Agua y de la Atmósfera”. A la hora de definir su trabajo afirma que “es crear conocimiento, hay que cuestionar todo lo hecho, avanzar sobre lo que está bien y ante lo que suponemos no está tan bien, generar cosas nuevas. Esa es la parte más apasionante”.
Desde hace más de veinte años su tema de investigación es la quimiometría, una disciplina que reúne conocimientos de química, matemática y estadística. Su principal campo de aplicación es el desarrollo de métodos analíticos sustentables para medir compuestos químicos en diversas muestras ya sea alimenticias, biológicas, industriales, farmacológicas, médicas o ambientales.
El investigador explica que cuando deben analizarse muestras de muchos componentes, el método analítico más utilizado es la cromatografía. “El problema es que esta herramienta no es ecoeficiente porque usa equipos costosos que consumen energía, los experimentos llevan mucho tiempo y utiliza sustancias tóxicas como solventes orgánicos que tienen que ser desechados”, afirma y reflexiona: “Es un contrasentido usar una herramienta contaminante para determinar los contaminantes de una muestra”.
Por el contrario, la quimiometría utiliza datos provenintes de técnicas como la espectroscopía que mide utilizando luz visible o infraroja. La combinación de espectroscopía y quimiometría da como resultado una herramienta no invasiva, automática, portable y que no usa solventes tóxicos. “Ya viene con una forma de pistola, hay que apuntar a la muestra y ver la concentración de sus distintos componentes”, explica.
Su trabajo consiste en desarrollar este tipo de métodos ambientalmente benignos y más eficientes para reemplazar a los tradicionales. Cabe destacar que ya hay métodos de este tipo instalados en la industria, por ejemplo, para determinar la calidad de los lácteos y del vino.
Sin ir más lejos, en la Cámara Arbitral de Cereales de la Bolsa de Comercio de Rosario hay un laboratorio para determinar la calidad de las semillas. Se puede medir el contenido de proteína, aceite, almidón y agua en una semilla sin molerla ni usar reactivos. “Mucho más conveniente desde el punto de vista ambiental que los métodos tradicionales dado que ahorra reactivos, costo, energía y evita el peligro de los solventes que son tóxicos e inflamables”, dice Olivieri.
También se utiliza en el control de calidad farmacéutico, tanto para la materia prima que ingresa como para el producto terminado. Y en una cantidad de industrias que van desde el alimento hasta la del petróleo dado que hay un doble beneficio: ambiental y de costos.
INVESTIGAR EN ARGENTINA
“Hay dos tipos de científicos: los normales y los argentinos”, dijo el ministro Daniel Filmus en el acto de entrega de los premios que se realizó el pasado 14 de enero en la Casa Rosada, haciendo referencia a lo que significa investigar en nuestro país. En este sentido Olivieri considera que “todo es posible a base de esfuerzo y trabajo” y recuerda el grafiti de una calle de Rosario: “Lo hicieron porque no se dieron cuenta que era imposible”.
Afirma que las dificultades que ha experimentado son básicamente de instrumentales que sólo se pueden comprar en el exterior, como los reactivos. “Nuestro problema no es de formación o conocimientos sino de recursos”, dice el profesional que realizó una estancia posdoctoral en la Universidad de Illinois, Estados Unidos. “En comparación con científicos de otros países salimos perdiendo en materia de recursos, pero en cuanto a la formación y el conocimiento no hay diferencias”.
Además del trabajo de investigador, Olivieri es Profesor Titular del Departamento de Química Analítica de la Facultad de Ciencias Bioquímicas y Farmacéuticas de la UNR por lo que, a lo largo de su carrera, ha contribuido con la formación de estudiantes, becarios y tesistas tanto en su labor docente de grado como de posgrado. A los jóvenes les transmite que a pesar de las dificultades que puedan surgir, si realizan su trabajo con pasión y energía, podrán lograr lo que se propongan.
Cuenta que durante el año que lleva realizar la tesina de una carrera, los estudiantes van a diario al laboratorio. “Ahí ven nuestras preocupaciones pero también los logros, lo bueno y lo malo y en esa instancia se dan cuenta si les gusta la investigación”, explica y resalta: “Una vez que ese interés entró no hay forma de pararlo”.
Olivieri dice que “hacer investigación es crear ciencia. Lo que está escrito en los libros alguna vez no existió, alguien lo pensó, lo hizo. Nuestra tarea es descubrir cosas nuevas, crear conocimiento y este es dinámico”.
PREMIOS HOUSSAY
Los Premios Houssay, Houssay Trayectoria y Jorge Sabato son entregados por el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación de la Nación a investigadoras e investigadores destacados en las áreas de ciencias biológicas y bioquímica, física, matemática, ciencias de la computación y astronomía, química no biológica, ciencias de la tierra, del agua y de la atmósfera y ciencias sociales.
En el área “Química no biológica, Ciencias de la Tierra, del Agua y de la Atmósfera”, Alejandro Olivieri recibió el Premio Houssay Trayectoria y Ariel Sarotti el Premio Houssay. Ambos pertenecen a la Universidad Nacional de Rosario.
En la Edición 2021 fueron recibidas y confirmadas 200 postulaciones de las cuales el 52% correspondieron a investigadores y 48% a investigadoras, lo cual representó un nuevo hito del programa en términos de acercarse a la paridad de género en las nominaciones recibidas.
Fuente: UNR
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