El texto «La noche tiene la forma de lo que falta», de Francisco Sendra, resultó ganador del Premio Nacional de Cuentos de Amor Silvina Ocampo «Amé 18 veces pero recuerdo sólo tres», anunció Laura Arnés, desde el Museo del Libro y de la Lengua, durante un acto en la Biblioteca Nacional que contó con la presencia de su director, Juan Sasturain.
Sendra -distinguido por «la construcción de personajes hipnóticos y definidos, en una atmósfera y un mundo narrativo que se diferencia del conjunto por su magnetismo y conmoción» y por «proponer una historia de amor no convencional»- se alzó con los 100.000 pesos de dotación del inédito premio convocado por el Museo del Libro y de la Lengua con apoyo del Ministerio de Cultura de la Nación.
Mientras que «El ladrido de los perros por las noches», de Analía Fernández, y «Hasta que nos encuentren», de Marcelo Cutró, se alzaron con dos sendos segundos premios, dotados de 50 mi peos cada uno. Fernández por «su particular narrativa» que «desafía clisés sobre las relaciones a distancia» y Cutró por «su procedimiento cuidado y preciso que despista al lector y genera la emergencia de un modo de amor que se destaca del resto de los cuentos presentados».
Mientras que «Flamenca», de María Cecilia Rodríguez, obtuvo una mención de honor, por «la construcción de una historia y un mundo que articula imaginarios diversos y diferentes de las tendencias narrativas contemporáneas».
«Estamos muy contentos porque el resultado final da cuenta de la diversidad de participantes», dijo Arnés durante el acto realizado en la Plaza Boris Spivacow del edifico, sobre avenida Las Heras y Austria.
«También estamos muy contentos con la recuperación de María Moreno,-directora del Museo del Libro y de la Lengua que se recupera del ACV sufrido en julio ultimo-. Esto se debe a ella», agregó Sasturain.
«Las palabras de la política son feas, por eso me voy a guardar de decir que los personajes de los cuentos ganadores suelen eludir la heterosexualidad obligatoria, son militantes LGTTB o cuir derecho viejo. Tampoco diré nada de ellos, prefiero respetar el efecto hipnótico, sorpresivo y de suspenso propio del género», expresó Moreno a través de un texto suyo que leyó Inés Ulanovsky durante el encuentro.
«Leyéndolos deduje que, en materia de amor, ya no se usaba el sujeto como desollado vivo, que rumia incansablemente su pérdida y podría ser ilustrado por El Grito de Munch. La primera persona es ficticia, no se apoya ni en el testimonio, ni en la confesión. Rehúye el totalitarismo de la experiencia. La ausencia y la falta dejaron de ser temas recurrentes», describió.
Para concluir: «Ganadores, son elegantes en sus pasiones calibradas y sus metáforas precisas. Prometo no imitar a los periodistas que abordaron a Roland Barthes luego de la publicación de ‘Fragmentos de un discurso amoroso’ preguntándole ¿Cuándo lo escribió, estaba usted enamorado?».
A esta lectura siguió un homenaje a la autora de libros como «Black out», a cargo de Cristina Banegas, que recitó una recopilación de textos suyos.
El jurado del premio estuvo compuesto por las escritoras Cynthia Rimsky («Poste restante», «Ramal», «Fui») y Gabriela Cabezón Cámara («La virgen cabeza»,»Beya, le viste la cara a dios», «Las aventuras de la china Iron») junto al escritor Cristian Wachi Molina, quien señaló que «otras posibilidades y tradiciones se abren para el amor en estos cuentos» y expresó la «alegría encontrar textos que permiten pensar nuevas direcciones para el amor y para el cuento mismo».
Durante el acto -que cerró con el «Homenaje amoroso a Silvina Ocampo» en la voz del trío Falta de querer- se reconoció el excelente trabajo realizado por los 16 finalistas que se impusieron sobre un total de 2.449 postulantes de todo el país.
Desde el Ministerio de Cultura, Martín Bonavetti destacó la necesidad de que «las instituciones públicas promuevan la generación de contenidos. Es el rol que deben ocupar las instituciones públicas».
Al tiempo que remarcó que «no se van a publicar solo los cuentos que salieron primeros, sino que probablemente algunos más a través de la editorial de la Biblioteca Nacional que vuelve».
La nómina concursantes seleccionados como finalistas se completa con «Cortaplumas», de Ezequiel Eduardo Villaroel; «El consultorio», de Rodolfo Omar Serio; «El hada verde», de Juan Manuel Burgos; «El patio de los árboles», de María Carolina Biscayart; «El sonido de los dados revolcándose», de María Zulema Lázaro; «Un re amague», de Belén Mentasti; y «Una parte del levante», de Nicolás Daniel Guglielmone.
Seguidos de «Falsas eternidades/Manual ceguera», de Márgara Noemí Averbach; «Irse de esa manera», de Natalia Elisa Milocco; «La amistad», de Héctor Facundo D’Onofrio; «Miku» de María Paz Schechtel; «Orquídea» de Emilene Teresita Núñez Campos, «Pensamientos ajenos», de Ulises Salvador Cremonte;»Tigra» de Alejandra Ruth Toronchik y «Tren», de Silvana Noemí Liello.
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