La Universidad Nacional de Rosario está trabajando con varias de sus disciplinas en las islas a raíz de los recurrentes incendios que se provocaron durante todo el 2020.
A raíz de los sucesos de público conocimientos ocurridos durante todo el 2020, investigadores de la Universidad Nacional de Rosario se encuentran trabajando en el humedal del Río Paraná para medir el impacto ambiental y las consecuencias que tuvieron los persistentes incendios en la zona.
Aristides Pochettino, Director de la Plataforma de Estudios Ambientales y Sostenibilidad de la UNR, la cual está radicada en el Centro de Estudios Interdisciplinarios (CEI), manifestó que la investigación está siendo llevada por expertos divididos en grupos que trabajarán en tres grandes tópicos: la biodiversidad genética del agua, la fertilidad del suelo y la reaparición de flora y fauna.
“Estamos realizando la investigación en la Isla ‘Los Mástiles’, que se ubica enfrente de la Reserva Natural de Granadero Baigorria. La idea es que este estudio se pueda llevar a cabo en varios puntos del humedal. Si bien es un proyecto que buscamos sostener por los próximos 2 años, es necesario obtener las muestras y los primeros resultados prontamente”, comentó Pochettino.
Pochettino explicó que se decidió trabajar por el momento en esta isla en especial a causa de diversos factores. Por un lado la accesibilidad, ya que al estar tan bajo el río se hace imposible llegar a otros puntos, mientras que también, es que es un tramo del humedal donde conviven zonas que fueron alcanzadas por el fuego y otras que no. “Esto le permite a los investigadores comparar directamente, poder contar con valores más precisos”, explicó.
Antes de comenzar el análisis, se realizó un relevamiento del terreno por parte de miembros de todos los grupos de investigación con el fin de asentar donde se iban a tomar las pruebas. “Se marcó el terreno con gps para saber en qué lugar específico se tomaron las muestras, cuestión importante para el futuro porque permite volver al mismo lugar y trabajar con alta precisión”, confirmó Pochetino.
Todos los grupos ya tienen experiencia de trabajar dentro del humedal, porque anteriormente ya habían realizado de manera independiente otras investigaciones en la zona. En este caso, la idea es poder llevar adelante un trabajo planificado conjuntamente y combinar parámetros para poder producir una foto más integral.
Pochettino detalló que uno de los fines de esta investigación es buscar conocer si se necesita realmente intervención humana o no en la recuperación del humedal: “Hay zonas que administran su propia recuperación y que a veces la intromisión del ser humano sólo empeora las cosas. Es importante porque se va a brindar datos concretos para que puedan ser tomados en la construcción de una futura política pública de preservación del humedal”.
Los investigadores apuntan a medir y proyectar cómo se puede ir recuperando orgánicamente el humedal, y en el caso que se sigan provocando incendios, poder contar con datos certeros previos. “Queremos tener registrado específicamente el lugar para poder medir impactos futuros. Toda la batería de estudios que se van a hacer sobre un sector sirven para mensurar el daño. La idea es seguir avanzando por todo el humedal y, en el caso que se vuelvan a producir quemas, las autoridades tengan las herramientas para trabajar”, concluyó el Director de la Plataforma de Estudios Ambientales.
ANÁLISIS DE SUELO
El grupo encargado del análisis del suelo, conformado por investigadores del Centro de Estudios Territoriales de la Facultad de Ciencias Agrarias y la Unidad de Monitoreo y Alerta Agro-Hidro-Ambiental del Instituto de Investigaciones en Ciencias Agrarias de Rosario (UNR-Conicet), se encuentra realizando un monitoreo constante con el objetivo de obtener información cabal sobre los lugares donde se iniciaron las quemas y evaluar la posibilidad de que los campos vuelvan a incendiarse. Además, estos profesionales estudian el impacto del fuego en el suelo de las islas.
Néstor Di Leo explicó que se encuentran realizando “un monitoreo continuo de la facilidad que tengan los pastizales de prenderse fuego, y la cantidad de biomasa que haya en cada zona, lo que permitirá saber qué lugares corren peligro de incendiarse”.
También, el investigador subrayó que es importante observar el impacto del fuego en el suelo, porque cuando se produce un incendio, se quema el pastizal seco arriba del suelo, pero la temperatura hace que también se combustione materia orgánica que hay dentro de la estructura de ese mismo suelo. Esto puede producir la pérdida de materia orgánica, lo que le quita fertilidad al suelo provocando un verdadero problema de degradación ambiental.
BIODIVERSIDAD DE AGUA
Los investigadores abocados a estudiar la biodiversidad genética del agua pertenecen al laboratorio mixto de la Facultad de Ciencias Bioquímicas y Farmaceúticas que está ubicado en el Acuario.
“La idea es que el muestreo se haga en un curso de agua interno afectado y en uno que no haya llegado el fuego. Estamos realizando 3 muestras de agua sobre la orilla y 3 en zonas más profundas, generando un muestreo total de unos 12 litros de agua superficial por cada sitio y así comparar cómo ha modificado a causa de los incendios y como se puede llegar a ir solucionando”, comentó Venina Villanova, responsable del equipo.
FLORA Y FAUNA
El equipo de investigadores encargado del relevamiento de aves está formado por profesionales de la Facultad de Ciencias Agrarias, el grupo autoconvocado “Ambientalistas de Baigorria” y el Club de Observadores de Aves COA Federal Rosario. Estos están llevando a cabo un muestreo de aves a partir de la observación directa con instrumental específico e identificación de las especies a partir de su canto.
“Es muy importante sentar precedente, saber que sucede en una parte de este ecosistema que es el delta del Paraná, cómo afectó el fuego, cómo responde el ecosistema y de qué forma se restaura a lo largo del tiempo”, afirmó la Licenciada en Biodiversidad Caterina Barisón, coordinadora del equipo.
La línea de “Diversidad y composición florística” está a cargo del personal de la Cátedra de Ecología Vegetal de la Facultad de Ciencias Agrarias. “Estamos viendo que algunas especies de plantas se restablecen, no todas ellas pertenecientes a las comunidades originarias. La ciencia nos permite a base de datos hacer predicciones, pero no futurología, por eso es necesario seguir evaluando a lo largo del tiempo lo que está pasando en estas comunidades”, argumentó José Vesprini, integrante de este grupo.
De las labores de investigación también participa el grupo de etología de la Facultad de Ciencias Agrarias, quienes se especializaron en el estudio de los insectos. En el terreno fueron colocando equipos de captura de insectos, los cuales revisan periódicamente, para poder observar la evolución de los mismos y cómo los afectó la destrucción del hábitat, con el objetivo de ver que dejó el incendio en esta faceta y como se va recuperando.
“Descubrimos que hay una mayor cantidad de individuos en la parte incendiada que en la otra, en principio, aunque menos variedad de la que esperábamos. El terreno incendiado parece un páramo pero hay vida, observamos un alto porcentaje de hormigas y esto se dá porque son predadoras, comen otros insectos muertos, que abundan en ese ambiente quemado. Para obtener conclusiones más específicas se deben esperar a las observaciones que se obtengan en las próximas visitas a las islas“, explicó Guillermo Montero, investigador del grupo de etología.
Fuente: UNR
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