¿Qué formas de comunicación existen entre la escuela y la familia? ¿Cómo asumen padres y maestros su rol de educadores? ¿Hay interés de los docentes en mejorar las formas de comunicarse?
Resulta complejo responder estos interrogantes ante las diversas dificultades que presentan una sociedad cambiante, los distintos tipos de familias, la desvalorización de la figura docente y una legislación educativa que no lo protege en las ocasiones de conflicto. Estos ingredientes son determinantes para que la mera intuición, la experiencia, el sentido crítico y hasta la buena voluntad sean insuficientes para encarar los encuentros con los padres. Así lo plantea el libro «Hagamos un trato. Comunicación familia-escuela» de la Editorial Noveduc.
Por ello es imprescindible una preparación diferente del docente. Hacer un trato remite a la idea de acuerdo, de partes que reconstruyen un espacio de encuentro con objetivos en común, un tiempo que permita la misma frecuencia cuando se dialoga para resolver una tensión. Cada acuerdo se transforma en un llamado para pensar juntos desde la institución-escuela hacia la institución-familia, invitando una y otra vez para que ambas asuman su lugar en beneficio de los hijos-alumnos.
Cuando se optimiza la comunicación, el niño que aprende se beneficia en el proceso de aprendizaje, los padres que educan obtienen herramientas orientadoras para la formación integral de sus hijos a la vez que se comprometen a renovar su compromiso de primeros educadores y su rol de colaboradores en la labor escolar. Para el docente que guía la educación se abre el horizonte formativo y suma un instrumento que consolida su rol.
Imagen: psicologocarlosalmonte.blogspot.com
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