En el noroeste de la ciudad existe un espacio que invita a rosarinos y rosarinas a aprender sobre saberes ancestrales, volver a conectarse con la naturaleza y con los elementos que ella provee. Ese espacio es el CCB Espacio 11 La Tierrita ubicado en Burucuyá 951 bis (Provincias Unidas y Juan José Paso).
Este martes 14 de enero, se realizó el tercer Taller Minga de Construcción Natural para levantar paredes de barro en el que participaron vecinos y vecinas de la zona pero también se acercaron personas de otros barrios de la ciudad. La iniciativa promueve el aprovechamiento de materiales y recursos para viviendas respetando el medioambiente, según publica el sitio de la Municipalidad.
Este taller forma parte del Ciclo de verano en conexión pasionaria. El título se debe al nombre del pasaje, Burucuyá o flor de la pasionaria. Las plantas también son fundamentales en La Tierrita, ya que trabajan en conjunto con los médicos de los centros de Salud de la zona con plantas medicinales y otros saberes que acercan los vecinos. Las actividades durante el verano son de lunes a viernes, y cada día hay una propuesta en particular.
Taller sobre Saberes Ancestrales
Melina Bruno es la profesora de cerámica en La Tierrita. Llegó al espacio como tallerista del programa Nueva Oportunidad y conformó junto a otras personas, un nuevo taller denominado Saberes Ancestrales que reúne bioconstrucción, cerámica y fieltro. «Lo que hicimos con los y las jóvenes fue un proceso de tratamiento de la tierra, de buscarla, procesarla, armar la pasta cerámica, el modelado, y el horneado de las piezas. Esta es la parte técnica, pero también se fueron dando otras cosas en conjunto con los otros saberes, porque la idea es trabajar articuladamente», contó.
Puntualmente en el taller trabajan con la cerámica chaná. «Los chaná son el pueblo originario que habitó nuestro zona en el momento de la llegada de los españoles. Creemos que esta información no es tan conocida e intentamos hacerla conoce. Son nuestros ancestros, aunque tenemos descendencia de otros lugares, quienes vivieron en este territorio dejaron su huella», manifestó Melina.
En La Tierrita aseguran que el interés sobre los saberes ancestrales es creciente y que notan que cada vez hay más personas interesadas en estos conocimientos. «Estas propuestas tienen mucha aceptación, los efectos que producen son muchos más de los que nosotros podemos planear. El objetivo siempre es que compartamos saberes e incluso descubrir aquellos que teníamos olvidados. Lo que buscamos es sumar vínculos, cooperación, comunidad y consideramos que esa es la mejor manera de llevar adelante este espacio», agregó.
Por su parte, Yanina Ozuna tiene 25 años y asistió al taller de bioconstrucción. En junio del año pasado comenzó con el de Saberes Ancestrales y de esta manera, conoció el espacio. «Durante el año aprendimos un montón de cosas, sobre técnicas con cerámica y fieltro con lana de oveja por ejemplo. Me anoté porque me parecía interesante aprender estos conocimientos. Me encanta trabajar con las manos y las manualidades, por eso no lo dudé», contó y aseguró que en el taller conoció a distintas personas y que además de aprender disfrutan del tiempo compartido.
Fuente: rosarionoticias.gob.ar
Imagen: funeshoy.com.ar
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