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La evolución de la educación: de la disciplina a la gestión emocional

Llenar una cabeza con ideas no es sólo cuestión de voluntad del educador, el recipiente también debe estar abierto a su recepción

La formación prepara a las personas para que se enfrenten sin miedo, con sabiduría y templanza, a la vida y al trabajo. Para tener más posibilidades de acceso laboral en un mundo en el que la competencia es cada vez más extrema y exigente. Al mismo tiempo, la formación y el estudio, las ganas y la curiosidad permiten ayudar a descubrir pasiones ignotas.

El antiguo sistema de educación fomentaba su expectativa de superación en una dureza y disciplina irreductibles. Partía de la base que el aprendizaje funcionaba a partir de una fuerte rectitud en el esfuerzo de adquirir o integrar el conocimiento. Y aunque llevando parte de razón, es cierto que dicha preposición también acarreaba cierta falta de empatía para con la vulnerabilidad que conlleva el desconocimiento. Llenar una cabeza con ideas no es sólo cuestión de voluntad del educador, el recipiente también debe estar abierto a su recepción, según publicó el sitio Cosas de Educación.

Un exceso de exigencia puede bloquear al alumnado y disgustar al maestro, algo que no siempre se toma demasiado bien si cuenta con un listado de “éxitos” y “fracasos”. Por ello, la educación de hoy trata de focalizar el asunto de otro modo. Ahora lo que se busca es individualizar y personificar a cada uno de sus alumnos, considerando sus talentos innatos y sus complicaciones, pero siempre capaz de labrarse nuevas aptitudes. La idea es lograr una educación más completa.

Los centros de formación de la actualidad constan de acceso a múltiples cursos de formación profesional, de idiomas, capacitaciones oficiales y posgrados. Además, un tutor pedagógico puede guiar al alumno durante toda la formación, preparándolo de forma más personal y directa, y por tanto efectiva, para las evaluaciones. Esta persona suele disponer además de algunas sesiones de tutoría individual para valorar el progreso y añadir nuevo conocimiento.

La formación en estos centros también se completa con seminarios donde poder escuchar y aprender de especialistas en la formación que se está cursando. A fin de poder hacer una primera toma de contacto a partir de alguien que ya pertenece al sector estudiado. Lo cual también ayuda para solucionar problemas, dudas y otras muchas cuestiones antes de poder realizar las prácticas externas en empresas colaboradoras cuya formación lo exija.

Pero además, los nuevos centros de estudio trabajan con la gestión emocional y el autoconocimiento, a fin de explotar el máximo potencial de uno mismo y agilizar la absorción de conceptos ya sea mediante capacitaciones presenciales u online.

Imagen: Freepik