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El Padre de la caricatura argentina se presenta en el CCRF

Hasta el 14 de junio se exhibirá en el Centro Cultural Fontanarrosa una muestra de originales del caricaturista José María Cao (1862/1918), pertenecientes al Museo del Dibujo y la Caricatura de Buenos Aires

José María Cao es considerado con justicia el padre de la caricatura en la Argentina y uno de los más notables en ese género. Nació en Cervo (España) en diciembre de 1862 y trabajó en su país, como ayudante de pintor, en algunas de las fábricas de loza y cerámica de Asturias y Galicia y se perfeccionó en escultura y dibujo. A los 24 años viajó para radicarse en Buenos Aires, ganándose la vida como caricaturista callejero. En 1888 se asoció a un taller de grabados, fue profesor de un colegio y colaboró en varias revistas, entre ellas, la más importante, “El Sudamericano”, como encargado de la sección de retratos. Una de sus primeras caricaturas le ocasionó ocho días en prisión, en un momento de suma tensión, con el presidente Roca enfrentando un levantamiento y con vigencia del estado de sitio .

La muestra en el Centro Cultural Roberto Fontanarrosa podrá visitarse hasta el 14 de junio de 8 a 22.

En 1887 fue contratado por el director de la revista “Don Quijote”, el español Eduardo Sojo, quien lo conocía por sus trabajos en gráfica. Juntos se dedicaron a la tarea de caricaturizar al gobierno, en todos los sentidos posibles, sufriendo persecuciones y prisión. Utilizaban seudónimos. El de Cao era Demócrito II y el de Sojo, Demócrito I. En esa época ocurrió uno de los actos más violentos en democracia contra un periodista: el intento frustrado de asesinato de Cao en su mismo lugar de trabajo. A raíz de ello, Cao fue detenido, produciéndose un escándalo de magnitud. Al parecer, la caricatura de un general desencadenó el hecho; Roca, consciente del escándalo, intervino para apaciguar lo ánimos, pero igual “Don Quijote” fue clausurada por el gobierno. La revista castigó con acidez al poder de su época. En ella escribió el escritor José Sixto Álvarez, conocido por su seudónimo de Fray Mocho, director luego junto con Manuel Mayol de la emblemática revista “Caras y Caretas”, fundada por el español Eustaquio Pellicer en Montevideo. Desde esa publicación se planteó al humor como un arma poderosa y a tal punto había llegado su influencia que el propio fundador del radicalismo Leandro N. Alem sostuvo que la Revolución de 1890 “la   hicieron las armas y las caricaturas”. Fue en “Don Quijote” donde se acuñaron los apodos de los principales políticos de ese momento: “El Pavo” para el presidente Roque Sáenz Peña; “El Zorro” para el presidente Julio A. Roca; “El Burrito Cordobés” para Miguel Juárez Celman, cuñado de Roca y luego presidente de la Nación; “Cangrejo” para el Presidente José Evaristo.

Su creación máxima fueron las «Caricaturas Contemporáneas», inauguradas en 1900, que se difundieron por toda Europa y América. En 1902, fue el primer director artístico del suplemento literario de “La Nación”, donde aparecieron caricaturas, ilustraciones y paisajes a la pluma. Este ciclo se completó con los «Juguetes de Actualidad» (1912) y con caricaturescos publicados en la revista “Fray Mocho”. “Caras y Caretas” representó la madurez del humorismo político. “¡Llegó la caricareta, llegó la caricareta!”, gritaban los diarieros para ofertar esta revista, que en 1899 acusaba duramente a los políticos corruptos y criticaba a los “tranways” que, afirmaba, “matan más gente que la fiebre amarilla”. Viñetas de la vida cotidiana, gráficas costumbristas, notas que registraban el crecimiento y los cambios del país y los «reclames» o publicidades de los primeros años del nuevo siglo eran parte de su contenido, además de las sátiras políticas. De todo eso fue protagonista José María Cao, que vivió en Lanús, donde fundó la sociedad cultural “Madre Fraternidad”, hasta su fallecimiento, el 27 de enero de 1918.

Imagen: rosariocultura.gob.ar

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