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Orientación vocacional: ayudar a otros a encontrar el camino

En todas las etapas de la vida es posible realizar un proceso de Orientación Vocacional. En la adolescencia, los jóvenes deben ir tomando decisiones respecto a su futuro, para las que en ocasiones, necesitan apoyo y asistencia.

Horario Feliú trabaja desde 1998 en forma independiente orientando profesionalmente a jóvenes que finalizan sus estudios secundarios. Asesora a diversos Colegio de la Argentina en los procesos de Orientación Vocacional.

Estuvo presente en el Foro de Orientación Vocacional en donde contó a Aptus de qué se trata esta vocación de ayudar a otros a encontrar su camino.

¿Cómo comenzaste a orientar vocacionalmente a jóvenes?

Empecé a trabajar en Buenos Aires en el Instituto de Neurociencias en el año 1988 y en el año 1994 fundé la consultora en Rosario. Ese mismo año, viajé a España para hacer una Maestría y consiguí las licencias de las pruebas psicométricas que yo mismo tomo. Entonces, las estandaricé para Argentina, y especialmente para lo que es el público de Rosario y ciudades del interior.

Es muy distinto orientar a un chico que tiene presente toda la gama de carreras, a otro que vive en una ciudad como Peyrano, Piamonte, María Susana, donde los profesionales reconocidos son cuatro.

Esto que se llama “baremo” en Estadística, varía de un chico que vive en una ciudad a otro que vive en un lugar más pequeño. En el año 1996 empiecé a trabajar con mis propios baremos.

¿Cuál es la pasión que motiva tu vocación a ayudar al resto a encontrar su camino?

Estudié Ciencias de la Educación, soy director de un colegio, trabajo en el Concejo de la Dirección del Colegio Los Arroyos desde hace mucho tiempo y siempre me llamó la atención el tema de la orientación. La orientación en la formación de valores, en cómo desarrollar en los chicos un proyecto de vida.

Un proyecto de vida uno lo puede empezar a desarrollar desde los 6 años. Creo que un momento importante en ese plan, es la decisión de la carrera.

En su momento, se dieron las circunstancias y coincidí con una persona que se dedicaba a eso. Me gustó la temática y empecé a investigar mucho sobre personalidad. Finalmente se dio la posibilidad de desarrollarme profesionalmente en esto.

Trabajo en la temática de la orientación desde un lugar completamente vocacional y científico porque utilizo medios estadísticos, pero además lo complemento con lo asistencial. Como comentaba recién en la conferencia del Foro de Orientación Vocacional, ayudo a los chicos a descubrir cuál es su modelo, quiénes quieren ser, a partir de qué modelo se sentirían auto-realizados.

En ese acompañamiento ¿cuál es el rol de la escuela y el de la familia?

Son dos cuestiones que se complementan. Hay chicos que se conocen y saben lo que quieren, que tal vez no les hace falta un apoyo extra como para descubrir dónde se van a sentir auto-realizados. Hay otros chicos, la gran mayoría de esta Generación Z, que no saben qué quieren hacer. Entonces ¿cómo puede ayudar la escuela? Guiándolos. La escuela no colaboraría mandándolos a visitar una universidad porque lo que ellos tienen que descubrir es quiénes quieren ser. Por lo tanto, la escuela ayuda formándolos en su proyecto de vida, en el conocimiento personal.

Respecto de la familia, se podría decir estadísticamente que quienes cuentan con una, tienen más claro el modelo, saben quiénes quieren ser. La familia aporta la seguridad, el norte.

¿Qué pasa si alguien elige una carrera y con el paso del tiempo se da cuenta que no es feliz con la elección? ¿Eso es un fracaso o es parte del aprendizaje?

Hay muy poca orientación. Hay muchos chicos que deciden seguir una carrera porque sí y creo que no se toma esta decisión con la seriedad con la que se tendría que tomar. El fracaso en la elección hace que gracias a Dios, digan : “esto no es lo mío”. Porque sería mucho peor aún que siguieran por un deber ser y que después de cinco años, se den cuenta que no quieren ejercer.

Entonces en el proceso de reorientación que yo llevo adelante con quienes me consultan, lo primero que hago es felicitar a la persona por haber enfrentado la situación.

Los chicos no se conocen y por eso toman decisiones erradas. Necesitan de gente que los guíe, los oriente. Por lo tanto, en esa instancia, no hay que tener miedo de recurrir a quienes pueden ayudarlos.

La orientación vocacional no es un problema psicológico o clínico. Es guiar al otro en cuáles son sus posibilidades, condiciones, intereses y gustos para encausarlos en una decisión correcta.

 

Imagen: conocernavarra.com

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