Pensado para todo público pero también para estudiosos, investigadores y seguidores del canon cortazariano, este volumen -que se consigue en todas las librerías del país- es el corolario de la colección de Aquilanti, quien completó este año su acervo de 823 piezas, libros, catálogos del autor de Rayuela, que por estos días se celebra en todo el mundo el centenario de su nacimiento.
El cuento «Casa tomada» fue la primera y fulminante lectura adolescente de Aquilanti; años más tarde se despertó un latente ímpetu coleccionista y, además de convertirse en conocido librero porteño, dedicó dos décadas a reunir y estudiar «la más importante colección cortazariana de primeras ediciones».
«Pero además del espíritu lúdico y ‘cronopio’ imprescindible del coleccionista, desde un principio apareció la meticulosidad más característica de los ‘famas'», dice Aquilanti, jugando con el lenguaje de Julio, en tanto el investigador Federico Barea suma que «esta bio-bibliografía tiene un valor para todos los que pretendan entender al Cortázar comprometido políticamente».
Este ejemplar, editado por Fernández Blanco, contiene información como ficha técnica y detalles de cada pieza y una fotografía facsimilar que acompaña cada una.
La bio-bibliografía comienza con una línea de tiempo de su vida con fotografías poco vistas y sigue con las primeras ediciones (incluidos libros en colaboración) que abre, por ejemplo, con el discurso pronunciado por Cortázar cuando cursaba 7mo. año en el Mariano Acosta, en 1935.
«Cualquiera pensaría que la obra de Cortázar es una treintena de libros, pero no. Registramos más de 800 ítems: cerca de 70 primeras ediciones, toda la obra en colaboración con artistas plásticos, trabajos poíticos, prólogos para otros, su obra como traductor, los vinilos que registran su voz, entrevistas y colaboraciones en revistas y periódicos de todo el mundo y los filmes basados en su obra», enumeran los autores en diálogo con Télam.
La biografía, dice Aquilanti, es una referencia para «entender el proceso creador descubriendo qué etapa de su vía transitaba en momentos de escribir tal o cual obra, sin pretender crear teorías ni descifrar meta mensajes detrás de su literatura», en tanto el segmento bibliográfico es «una guía» para quien «quiera conocer la totalidad de su obra o se especialice en un punto», explica Barea.
Ilustrada a color, con fotos para cada pieza, el libro también tiene un gigantesco e indispensable índice de títulos -cerca de 2.000- de todos sus cuentos, relatos, novelas y poesías.
Entre lo más raro, está la edición impresa en mimeógrafo por el mismo Cortázar en su casa de París, «la pieza más desconocida y difícil de hallar», subrayan los compiladores sobre la publicación de 1956 de folios abrochados llamada «Razones de la cólera».
«Nunca supusimos que su obra sería tan vasta, ni tampoco que sus primeras ediciones hubieran aparecido en distintas ciudades e idiomas. Hay primeras ediciones en Holanda, Italia, España, México, Nicaragua, Francia, Alemania, Estado Unidos, Venezuela», acota Barea.
Entre los momentos de la vida de Cortázar que marcaron un antes y un después en su literatura, Aquilanti destaca cuando el escritor «se muda a París y encuentra su lugar en el mundo con Aurora Bernárdez o luego de su primer viaje a Cuba en 1961, cuando profundiza un cambio personal y político, comenzado en 1959 al escribir su cuento ‘El perseguidor’ donde sale de sí mismo, para ponerse en lugar del otro, en lugar del hombre, de la humanidad».
También puede verse en la correspondencia «cuando termina su inclemente relación con su segunda pareja, Ugne Karvelis, y comienza una nueva vida junto a su tan amada Carol Dunlop, con quien redescubre el amor y la alegría a pesar de estar comprometido en la lucha por las revoluciones en Latinoamérica y los derechos humanos», añade el compilador.
«Todo coleccionista -remarca- debe perseguir un fin, porque además de la felicidad que brinda, lo ideal es que haya un criterio para formar un reservorio homogéneo y, en lo posible, procurar hacer un aporte con la colección. En nuestro caso es poner esta bio-bibliografía a disposición de todos».
En sintonía con el año Cortázar, por estos días se puede ver en vivo y en directo la colección de Aquilanti en el Museo del Libro y de la Lengua (Las Heras 2555) y en noviembre, llegará al Museo de Bellas Artes de Guadalajara.
Pero el destino de la colección privada es que «permanezca unida y conservada en una institución nacional. Y tenemos buenas expectativas», auguran sobre este acervo único en el mundo, ahora registrado en un libro necesario.
Fuente: telam.com.ar
Imagen: monkeyzen.com
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