La imagen se repite en cientos de películas norteamericanas. Grandes parques, salas de estudiantes, complejos deportivos, bibliotecas, microestadios, etc. Hablamos del “Campus”, un término que recibe distintas acepciones, incluso en el mundo universitario. Algunos consideran que cualquier emplazamiento universitario es un campus. Así, la denominación es prácticamente un sinónimo de sede. Otros reservan la palabra para las instalaciones de los denominados “campus suburbanos”.
Marcelo Meregalli, Director de Relaciones Internacionales de la Universidad Austral, pone como ejemplo el caso de las tres universidades “Georges” en Washington DC: Georgetown University, The George Washington University, George Mason University. Las dos primeras están en el medio de la ciudad: “Uno va caminando por la calle del barrio homónimo y de repente se encuentra con el predio de Georgetown, claramente demarcado pero perfectamente contiguo al resto de la ciudad. George Mason, en cambio, va a requerir que nos subamos a un tren y que tomemos un shuttle desde la estación. Está en una zona residencial, con más bosques que casas. ¿Cuál de las tres tiene un campus?”, se pregunta Meregalli. Para un extranjero es probable que las tres. Pero ciertamente en los campus suburbanos se potencian los elementos propios de la vida universitaria y se genera un ambiente propicio para la búsqueda y transmisión del conocimiento.
Silvia Martino, profesora de la Facultad de Ciencias Empresariales, realizó durante 2012 una estancia de investigación en la Universidad de Navarra. “Canto, música, actividades culturales, visitas con docentes a lugares de interés, sea de la carrera que sea, énfasis en leer, trabajos de presentación, debates de temas de actualidad: elecciones de EEUU, Gaudí y su obra”, recuerda. Recomendó, a su vez, “la importancia de que todos los alumnos tengan experiencia de vivir en un Colegio Mayor (residencias universitarias) por lo menos un año, porque este intercambio complementa la formación académica que brinda la Universidad”.
¿Puede trasladarse esta experiencia a nuestro país? La respuesta es afirmativa. Sin embargo, es necesaria una profunda transformación cultural que permita desarrollar las condiciones propicias. Por un lado, las Universidades deben trabajar en la oferta de infraestructura y servicios para que los alumnos encuentren en el Campus un lugar confortable para vivir. Por otro, este tipo de predios deben ubicarse en sectores estratégicos de fácil llegada para el transporte público y privado.
Asimismo, la oferta educativa tiene que ser superadora y diferencial, ya que el estudio en el Campus implica una fuerte inversión de tiempo y recursos económicos.
También es importante proponer una abanico enriquecedor de actividades que complementen la formación académica del alumno.Las atracciones culturales y deportivas buscan que el estudiante se relacione con el Campus desde otro lugar, incluso con mayor contacto con la naturaleza, las artes y los deportes. Además, estas actividades juegan un rol social clave para los alumnos, dado que les permite conocer más gente y vincularse de manera distendida.
Queda un largo camino por recorrer, pero los primeros pasos están dados. Con el correr de los años, la experiencia de vivir en un Campus en Argentina será un sueño hecho realidad.
Fuente: Juan Ignacio Coria, Gerente de Marketing y Admisiones de la Universidad Austral
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