Los talleres desplazan el foco tecnológico del habitual uso cotidiano (rol de usuario y concepto de herramienta) hacia un plano creativo y personal (rol de pertenencia y experiencia artística).
Lejos de tecnicismos, los chicos se “enchufan” con su propia creatividad, sin miedo a usar lámparas que los iluminen, dispositivos electrónicos, técnicas audiovisuales, robótica, electrónica, programación, sonido o una caja negra que refleje su propia mirada desde un recorrido mucho más extenso que sólo apretar el pulgar para hacer “click”.
Una invitación a jugar aprendiendo y descubriendo nuevos usos y secretos que los dispositivos guardan en su interior. Una propuesta original para reformatear los modos de aprender.
Un espacio único en la ciudad con actividades y cursos para chicos y adolescentes durante todo el año.
Informes: [email protected]
Fuente: Terra
Comentar