Tolar Grande, el Observatorio Astrónomico, ya convoca proyectos de Brasil y Estados Unidos, dado que es uno de los pocos lugares con el 93 % de noches despejadas al año, lo que resulta de gran importancia para los astrónomos, quienes se dedican a investigar el universo y sus fenómenos.
Tolar Grande, ubicado en la Puna salteña a 360 km de la ciudad de Salta, es ese lugar al que la naturaleza dotó de las condiciones atmosféricas óptimas para la observación del cielo la y al que, también, contribuyó el escaso desarrollo urbano de la región para que se conservara ajeno a la contaminación lumínica.
En el cordón del Cerro Macón, hace más de una década comenzaron los estudios del equipo científico del Instituto de Astronomía Teórica y Experimental (IATE) para caracterizar el sitio y conocer la “calidad” del cielo. Lo hicieron con la idea de que el lugar fuera seleccionado por el Observatorio Austral Europeo, para instalar el telescopio óptico/infrarrojo más grande del mundo, con un espejo reflector primario de 42 metros de diámetro, el European Extremely Large Telescope (E-ELT), al que algunos dieron en llamar “El ojo de la Tierra”.
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