El viernes pasado, la mandataria Dilma Rousseff vetó parcialmente la ley recientemente aprobada por el Congreso que alteraba el modelo de distribución de los royalties petroleros y les otorgaba a los estados no productores porcentajes mayores de esas ganancias.
Esa nueva disposición sólo regiría para las futuras licitaciones de exploración de la llamada capa pre-sal del océano, en las costas brasileñas. Lo sorpresivo fue que acompañó la medida con un decreto para que todos los estados «sin distinción» destinen el total de esos recursos a proyectos educativos.
Gracias al veto presidencial, el dinero que ingresa actualmente por los contratos que ya están en curso se mantendría inalterado en su distribución.
Fuente: www.iberoamerica.net
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