Víctor Mercante nació en la provincia de Buenos aires en 1870. El ciclo primario lo cursó en su pueblo natal y el magisterio, en la Escuela Normal de Paraná. Inició su carrera como profesor en la provincia de San Juan y luego trabajó en distintos colegios del nivel secundario.
Su gran dedicación al estudio le permitió conocer las distintas corrientes europeas en disciplinas tales como filosofía, psicología y biología, inclinando sus preferencias hacia las teorías positivista y experimentalista. Su formación en ciencias naturales e historia contribuyeron a convertirlo en un defensor de la necesidad de hacer científica la enseñanza y a afirmar, que la ciencia debía ser el eje preponderante de la educación de los niños.
Para Mercante la educación debía basarse en la observación y la experimentación, para preparar a los niños para la vida. Aspiraba a brindarle al educando una educación práctica y utilitaria que le sirviera para desempeñarse en la vida. Según él, la educación no se acababa con el dominio de la lectura, la escritura y el cálculo, sino en una adaptación que debía darse naturalmente, siendo el rol del maestro facilitador y estimulador de esa adaptación.
A principios del siglo XX, influenciado por las teorías francesas y el movimiento de la pedagogía científica, Mercante escribe «Metodología», importante obra que fue utilizada por varias generaciones de maestros argentinos. Luego por pedido de Joaquín V. González, organizó la sección pedagógica en la Universidad de La Plata, basamento de la actual Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación.
Asimismo, se desempeñó como Inspector General de Enseñanza Secundaria, Normal y Especial del Ministerio de Justicia e Instrucción Pública de la Nación. Lugar donde elaboró un proyecto de reforma de la enseñanza secundaria. El Congreso lo rechazó, pero el contenido del plan no se perdió, pues lo volcó en su obra más importante «La crisis de la pubertad y sus consecuencias pedagógicas», publicada en 1918. En esta obra estudió el período de los doce a los dieciséis años, edad fundamental para el desarrollo del ser humano. «Durante esa crisis de la pubertad, es cuando los complejos afectivos afloran caracterizándose como una especie de «cretinismo transitorio» y a la vez contradictorio», según su propio decir. En esa época, no se consideraba esa crisis en los planes de enseñanza y lo que Mercante propuso fue un cambio en los postulados y contenidos de la enseñanza secundaria, ya que planteaba incluir tareas de granja, taller, práctica intensiva de ejercicio físico, etc., con la intención de canalizar el excedente de energía física del púber.
Si bien en 1920 dejó la función pública, continuó investigando siempre en el ámbito pedagógico. Publicó «Cultivo y desarrollo de la aptitud matemática del niño», «Maestros y educadores», y una serie de artículos publicados en Archivos de Pedagogía y Ciencias afines, entre otros.
Después de representar a nuestro país en el Congreso Internacional de Educación, en Chile, falleció durante el viaje del regreso.
Fuente: nuevaalejandria.com
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