Pero, ¿nacemos con la capacidad de hacer matemáticas o la desarrollamos por completo en la escuela? Y lo más importante: ¿cómo funciona el cerebro cuando pensamos en números?
Bienvenidos al fascinante cruce entre la neurociencia y la educación matemática.
🧮 Matemáticas desde la cuna
Aunque no lo parezca, todos nacemos con cierta “intuición numérica”. Bebés de tan solo unos meses ya pueden distinguir entre cantidades pequeñas: saben, por ejemplo, que dos es más que uno. Este instinto básico, compartido incluso con animales como los monos y las aves, es lo que los científicos llaman el “sentido numérico”.
Pero ojo: tener intuición no significa saber hacer cuentas. El cerebro humano necesita entrenarse para convertir esa chispa primitiva en el pensamiento matemático abstracto que usamos en la escuela (y en la vida).
🧠 ¿Dónde vive la matemática en el cerebro?
Los estudios con resonancia magnética funcional (fMRI) han revelado que hay varias zonas cerebrales que se activan al hacer matemáticas. Las estrellas del show son:
-
Lóbulo parietal (especialmente el surco intraparietal): Procesa cantidades, distancias y relaciones espaciales.
-
Corteza prefrontal: Se encarga del razonamiento lógico y la resolución de problemas.
-
Áreas visuales y motoras: Sorprendentemente activas cuando los niños usan los dedos para contar, lo cual no es una debilidad, sino una estrategia muy útil en las primeras etapas del aprendizaje.
En resumen: hacer matemáticas no es solo cosa de “mente fría”. Es un proceso multisensorial, que involucra memoria, lenguaje, percepción visual y movimiento.
🧩 El desafío de aprender matemáticas
Para algunos estudiantes, aprender matemáticas puede parecer escalar una montaña empinada… con los ojos vendados. Y no es solo una percepción: hay cerebros que, por razones genéticas o ambientales, tienen más dificultad para procesar los números. Hablamos, por ejemplo, de la discalculia, una condición que afecta hasta al 6% de la población escolar y que requiere estrategias pedagógicas específicas.
Por eso, es clave que docentes y familias comprendan que no todos los cerebros aprenden al mismo ritmo, y que el miedo a las matemáticas (sí, ese que muchos adultos arrastran desde la infancia) puede ser contagioso… pero también reversible.
🛠️ ¿Cómo ayudar al cerebro a “pensar en matemático”?
-
Hablar de matemáticas con naturalidad: Integrarlas en la vida cotidiana (medir, contar, estimar) ayuda a los niños a verlas como parte del mundo, no como un castigo divino.
-
Respetar los tiempos cerebrales: No forzar el aprendizaje por memorización, sino cultivar la comprensión profunda y el razonamiento.
-
Valorar el error como parte del proceso: El cerebro aprende cuando se equivoca… si se le da la oportunidad de reflexionar y corregir.
-
Estimular el juego: Juegos de lógica, rompecabezas, tangrams o incluso videojuegos bien seleccionados pueden ser aliados potentes.
🎯 Lo que docentes y padres deben saber
Las matemáticas no son solo números. Son lenguaje, son lógica, son creatividad. Y, sobre todo, son una puerta hacia la autonomía intelectual. Comprender cómo el cerebro aprende matemáticas no es una curiosidad científica: es una herramienta para enseñar mejor, acompañar mejor y, por qué no, reconciliarnos con esa asignatura que tantos temores ha despertado.
En tiempos de inteligencia artificial y cambio constante, educar cerebros que piensan (y no solo repiten) es más urgente que nunca. Y ahí, las matemáticas tienen mucho que decir.
¿Te gustó este artículo? Compartílo con otros docentes y familias. Porque cuando entendemos cómo aprende el cerebro, enseñamos con más sentido.